Tanto la autonomía universitaria como el movimiento de 1968 tienen un papel preponderante en el desarrollo de varios factores del país, sin embargo todavía hay pendientes, coincidieron en indicar personalidades que han estado cerca de estos procesos y que participaron en la 4a Feria del Libro en Español en Los Ángeles (LéaLA).
“Es muy importante que las universidades puedan discrepar y conformar sus planes de estudios”; la obtención de su autonomía fue un salto cualitativo, afirmó Salvador Martínez Della Rocca, Secretario de Educación del Estado de Guerrero, quien formó parte del Comité de Lucha durante el movimiento estudiantil del 68 y ha sido coordinador de libros sobre estas materias.
En la mesa “El 68 y la lucha por la autonomía universitaria”, explicó algunas de las batallas por alcanzar la autonomía y la libertad de cátedra, las ocasiones en que la primera ha sido violada -como en el 68 y el 77-, la generación de algunos grupos de poder adentro de las instituciones e hizo referencia al presupuesto de las universidades, que depende del gobierno. “La autonomía tiene muchas virtudes, pero también tiene aspectos que deben modificarse para que no obstruyan a las universidades”, señaló.
El escritor y periodista, Benito Taibo, apuntó que el 68 no acaba de cerrar hasta que haya justicia y que ahora, refiriéndose al caso de Guerrero, nos faltan 43. Tras afirmar que “México se ha hecho a sangre y bala”, dijo que el aquel movimiento fue el fin de la inocencia y llevó a la formación de la sociedad civil, que igualmente se vio en el 85 tras los efectos del terremoto. Resaltó que “la autonomía universitaria que hoy se goza, es producto de personas que se jugaron la vida”.
Por su parte el escritor José Ángel Pescador Osuna, sostuvo que el movimiento, que duró alrededor de 5 meses, modificó el destino del país y que “triunfó porque a más de 45 años muchas cosas han cambiado” política y socialmente por esa acción. Sugirió que para los 50 años que se cumplirán de éste, se preparen algunas conmemoraciones y se conforme un comité especial.
Esta mesa fue moderada por el Rector General de la Universidad de Guadalajara, Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla, quien presentó a los participantes e hizo una cronología de la autonomía universitaria, que luego de que en 1929 se obtuviera la primera en el país, “ocurrieron múltiples sucesos que afectaron y moldearon el devenir de la autonomía universitaria, entre los que destaca el movimiento estudiantil de 1968”; también resaltó que en 1980 el precepto de autonomía universitaria adquirió rango constitucional. Explicó asimismo que aunque la UdeG no tiene en su nombre la palabra autonomía por sucesos en la historia, la obtuvo oficialmente en 1993.
Esta actividad se realizó dentro del programa de la Ciudad de México, que es en esta ocasión la invitada de honor de LéaLA 2015.
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