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Universidades con doble reto para dar respuestas innovadoras a los problemas que aquejan post-pandemia: Villanueva Lomelí

Sinopsis: 
Debaten sobre el escenario de nuevas políticas para crecer con derechos humanos y equidad de género en el Foro OCDE, en FIL Pensamiento

Para alcanzar una mejor sociedad en América Latina se necesita conocer las distintas voces y estrategias emprendidas, y así impulsar acuerdos y políticas públicas.
 
Por ello se realizó el Foro OCDE, “Objetivo bienestar: sociedades incluyentes, sostenibles y creativas”, como parte de FIL Pensamiento, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) 2022.
 
El encuentro, organizado por la Universidad de Guadalajara (UdeG) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), fue inaugurado por el Rector General, doctor Ricardo Villanueva Lomelí, este miércoles en el Hotel Hilton Guadalajara.
 
“El objetivo es discutir sobre escenarios y posibilidades de nuevas políticas orientadas hacia un crecimiento enfocado en derechos humanos y equidad de género. Las universidades tenemos un doble reto: generar respuestas innovadoras y hacer conciencias críticas de la sociedad de los múltiples problemas que nos aquejan”, afirmó.
 
Recalcó que con este foro, en el que participan especialistas en tres paneles, se busca aportar a los retos económicos, sociales e institucionales de las naciones en la post-pandemia.
 
En la ceremonia también participó la Ministra de la Mujer y Equidad de Género de Chile, Antonia Orellana Guarello, quien dio a conocer que uno de los temas urgentes de la región sigue siendo el sector de las mujeres.
 
“Las policrisis de las que hablamos atraviesan a ese hemisferio humano que es el grupo más grande de la población, las mujeres; nunca una minoría ha sido más de 51 por ciento, de un país o del mundo”, declaró.
 
“Por lo tanto, dentro de las policrisis tenemos también dos muy relevantes: la de la legitimidad y eficacia del Estado, pues hay un malestar de las mujeres con respecto a la democracia y el progreso”, añadió Orellana Guarello.
 
Otra crisis, que dejó ver la pandemia, es que las mujeres viven un rezago de aprendizaje y de salud mental, derivado del trabajo no remunerado del hogar.
 
“Según estudios, el aumento de las mujeres en la fuerza de trabajo produce mejores resultados en la reducción de la pobreza y la violencia. Pero cuando se precarizan los servicios sociales, son las mujeres quienes sostienen esa precarización con su trabajo no remunerado”, dijo, y recalcó que en Chile seis de cada 10 mujeres lideran un hogar solas.
 
El Ministro de Educación de Colombia, Alejandro Gaviria Uribe, externó que la educación es clave para el cambio cultural en el combate de la policrisis, como es el caso de la salud mental después de la pandemia.
 
“Si vamos a hablar de bienestar tenemos que poner a la salud mental de estudiantes y docentes en el centro, y esto requiere un cambio de pensamiento, un cambio cultural. En Colombia estamos promoviendo la idea de abrazar la memoria y de entender, en el caso colombiano, qué nos pasó debido a los conflictos armados”, declaró.
 
“La educación es una búsqueda de identidad –añadió Gaviria Uribe–. Desde la educación queremos asumir, democratizar la cultura y trabajar en un cambio cultural que afiance una educación para la sostenibilidad y la identidad colectiva”.
 
El Coordinador de OCDE México, Mario López Roldán, recalcó que las instituciones deben de ser sensibles ante las recomendaciones derivadas de estos encuentros, donde se congregan aportes de expertos y la experiencia de la sociedad civil organizada.
 
“Esta crisis política que vive México y el mundo abre una oportunidad para replantear y cambiar; ya no podemos repetir modelos, vivimos un momento fundacional. Es nuestra responsabilidad crear lo nuevo, se lo debemos a las nuevas generaciones”, expresó.
 
En su participación durante la mesa “Inclusión para el bienestar”, Juan Pablo Delgado Miranda, abogado, político y activista de la diversidad sexual, quien fue el primer candidato abiertamente gay a la presidencia municipal de León, Guanajuato, apuntó que en América Latina aún falta trabajar para la población de la diversidad sexual.
 
“Nuestra región tiene una paradoja interesante: ha avanzado en el reconocimiento de derechos a lo largo de los años, pero también somos la más violenta hacia las personas de la diversidad sexual”, declaró.
 
Hace falta avance en el terreno legislativo, ya que en las estadísticas disponibles seguimos siendo violentas en cuanto a identidades. Advirtió que aunque en la país el matrimonio entre personas del mismo sexo ya es aceptado, la falta de legislación puede mermar dicho derecho, como ocurre en Guanajuato.
 
Reconoció el activismo que ocurre en Jalisco, que es tan pujante que logró que se evitara la presentación de Laura Lecuona durante la FIL, quien pretendía dar una ponencia con un discurso trans odiante, subrayó.
 
Además del reconocimiento normativo de las personas de la diversidad sexual, se necesitan otro cinco pasos: hacer diagnósticos situacionales y de brechas; asignación de presupuestos para sectores vulnerables; el involucramiento de esta población en la creación de políticas públicas; mecanismos para garantizar justicia; y creación de indicadores para monitorear al sector, informó.
 
La Directora General del Centro de Investigación de Política Pública, Valeria Moy, señaló que la pandemia logró que “las desigualdades no se mantuvieran, sino que se ampliaran. Aún estamos en una recuperación social mayor que las de antes; no es de ingresos, sino de acceso al sistema educativo, de salud. O hacemos algo por recuperar lo que se destruyó en la pandemia, o no vamos a poder cerrar la brecha”, expresó.
 
A través de una transmisión, Romina Boarini, encargada de la Medición de Impacto y Bienestar de la OCDE, explicó que la pandemia empobreció a 33.7 por ciento de la población de Latinoamérica y El Caribe.
 
“De hecho, 24 por ciento de las mujeres no tiene un ingreso propio, en comparación del 10 por ciento de hombres”, dijo.