“Tute”, “La Catrina” y el humor que nos sostiene frente a la muerte
“El humor es comparable con el picante de los mexicanos: no hay que hacer abuso de él, pero que nunca falte”, esa es la conclusión del caricaturista Juan Martías Loiseau “Tute” luego de que en Guadalajara vivió algo que no se imaginó: exhibieron sus cartones en un panteón, y de noche.
“Inauguramos una muestra de mis dibujos en un cementerio; es decir, que ya había un público permanente… Y entonces yo no tenía idea de a dónde me llevaban, ni en qué consistía la muestra. Íbamos recorriendo un pasillo con velas, de noche, viendo los nichos y las lápidas”.
Esto contó durante la ceremonia del Homenaje “La Catrina” realizado este sábado en el auditorio Juan Rulfo de la FIL Guadalajara 2023 que le entregó el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) al humorista, durante el 22º Encuentro Internacional de Caricatura e Historia (EICH).
Dicho galardón, representado con una estatuilla de La Catrina de Posada, le fue entregado a “Tute” por el Rector General de la UdeG, doctor Ricardo Villanueva Lomelí.
El caricaturista recordó que la experiencia de estar en un cementerio, cortando un listón, viendo su obra, en medio de un brindis, con amigos, autoridades y pensando que en los alrededores había cuerpos enterrados, hizo que se cuestionara sobre su labor.
“Entonces me quedé pensando en La Catrina, en Guadalupe Posada, y sobre qué es el humor y para qué sirve porque me están premiando por hacer humor”, declaró “Tute”.
“El humor es ese espejo social para mostrarnos cómo somos verdaderamente; no como queremos ser, sino como somos; es decir, nos devuelve un yo completo con nuestro perfil, con las miserias, fantasmas y miedos. Ese es el reflejo que nos devuelve el humor”, recalcó.
Y ese papel lo cumplió José Guadalupe Posada al ilustrar a una Catrina garbancera que criticaba a la sociedad opulenta del siglo XIX, pero también lo hace “Tute” con los personajes de Mabel y Rubén, que muestran las ironías de una pareja que podría ser cualquier persona.
“El humor es para la crítica, pero también para sostenernos. En el cementerio estaba lleno de gente bajo tierra y lleno de gente sobre la tierra que estábamos ahí, muy orondos, brindando, riendo y con el humor en las paredes”, añadió el caricaturista argentino.
“Entonces pensé en que la función verdadera del humor es sostener. El humor nos sostiene frente a la muerte”, recalcó.
La Directora de la FIL, Marisol Schulz Manaut, reconoció que el trabajo de “Tute” es excepcional, puesto que su obra evoca sentimientos encontrados que en los últimos meses ha mostrado el efecto anímico de la inflación y la polarización política que ocurre en Argentina.
El Rector del CUAAD, doctor Francisco Javier González Madariaga, describió los dibujos del galardonado como obras irónicas llenas de “audacia, originalidad, inventiva y genialidad”, que con sarcasmo invita a la reflexión.
“Su trabajo es una entrada a la propia realidad, porque las historias que nos platica siempre son nuestras historias”, declaró.
También mencionó que la Catrina que le entregaron tendrá la peculiaridad de ser compartida con otro grande de la caricatura humorista: su padre, Carlos Loiseau “Caloi”.
El público reunido en el auditorio Juan Rulfo fue invadido por los diversos personajes de “Tute”, que fueron creados como marionetas por parte de estudiantes del CUAAD.
De Guadalajara, “Tute” no sólo se lleva a Argentina una “Catrina” que le hace repensar sobre el humor que sabe a México, también el descubrimiento de que su trabajo trasciende a la risa, pues permite sostener el alma de sus lectores frente a las pérdidas.