Historiador esencial y enamorado de las raíces indígenas de este país, Enrique Florescano fue reconocido en la 30 Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), en un homenaje en el que tres de sus colegas compartieron anécdotas y ponderaron el gran legado que deja este personaje para las ciencias sociales y la cultura.
De manos del Rector General de la Universidad de Guadalajara (UdeG), maestro Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla, Florescano recibió el reconocimiento. En la ceremonia estuvo acompañado del presidente de la FIL, Raúl Padilla López; la directora de la feria, Marisol Schulz Manaut; el Rector del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), Héctor Raúl Solís Gadea; los historiadores Jean Meyer y Lorenzo Meyer, y el periodista Héctor Aguilar Camín,
En su discurso, Florescano recordó que es hijo de profesores rurales, y ese abolengo magisterial lo marcó. Recordó que le tocó ser de la generación que fue testigo de la Revolución Cubana y la alternancia política.
“La historia exige una disposición para el asombro y un ejercicio de la tolerancia. Para mi generación la historia fue una caja de Pandora, no un recorrido de una sola vía. Nos acercó a la pluralidad de rutas que transita la condición humana. Nos mostró que se podía revivir a los muertos para comenzar y pensar por los mismos”, apuntó.
Florescano nació en San Juan de Coscomatepec, Veracruz, en 1937, y ha sido un historiador prolífico. Es doctor por la École Pratique des Hautes Études, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), fundador y director de la revista Nexos, y maestro por el Colegio de México.
Jean Meyer señaló que el historiador es “mucho más que un doctor, mucho más que un académico, es una persona amable y prodigiosa que ha generado una obra inmensa”.
Aguilar Camín, dijo que Florescano le enseñó a leer la historia; eso fue decisivo en su vida intelectual, y gracias a él entendió que la resistencia es una de los grandes motores de la historia en México y el mundo. Recordó la fundación de Nexos y cómo compartieron varios espacios profesionales. “Él tenía una confianza temeraria en las nuevas generaciones y en la plasticidad de la historia”.
Lorenzo Meyer señaló que en 1980, Jean Meyer dejó en claro cuál era el credo histórico de Florescano en un célebre artículo: "La historia tiene un sentido y ese sentido se lo da al historiador el entorno y las elecciones personales que él hace, elecciones políticas y éticas. Él mostró siempre impaciencia con la historia cuidadosa y acuciosa, él requería de las grandes interpretaciones”, reflexionó.
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